El pasado 4 de abril el grupo de Alaska Airlines llegó a un acuerdo para la compra de Virgin America por 2.600 millones USD. Con esta operación, la compañía basada en Seattle, espera ampliar su red de vuelos y afirmarse como la número uno en la costa oeste de Estados Unidos.

A pesar de posicionarse actualmente como la quinta aerolínea por número de vuelos más grande en Estados Unidos, las intenciones de Alaska Airlines están claramente enfocadas en un crecimiento agresivo, “esta adquisición le da la capacidad a la compañía de competir con las 4 aerolíneas más grandes en EEUU: American, Delta, United y Southwest”, afirmaba Alaska Airlines en su comunicado a la prensa. Específicamente, la idea principal es ampliar su capacidad para competir por los vuelos internacionales hacia las ciudades de San Francisco, Seattle o Los Angeles.

La aerolínea combinada operará alrededor de 1.200 vuelos al día desde sus hubs en Anchorage (Alaska) y Portland (Oregon), en adición a Los Angeles, San Francisco y Seattle. A manera de referencia, American, la más grande del mercado, opera unos 3.400 vuelos diarios.

Por último, ésta se convierte en la mayor actividad de fusión en el sector americano desde que US Airways y American Airlines juntaran fuerzas en el año 2013, dando lugar a la mayor aerolínea del mundo.